La vuelta de Massimiliano Allegri a la Juventus reavivó un espíritu de competencia que parecía perdido con la salida de Cristiano Ronaldo. Los últimos entrenadores de la Vecchia Signora no pudieron soportar la exigencia que demanda uno de los equipos más importantes del mundo.
Si bien Murizio Sarri salió campeón de la Serie A, quedó eliminado en los octavos de la Champions League contra el Olympique de Lyon, y el proceso de Andrea Pirlo fue totalmente olvidable.
Allegri es un entrenador que entiende a la perfección cómo gestionar todo el mundo Juventus. En 2015 llevó al conjunto italiano a la final de la Champions creando una sociedad increíble entre Álvaro Morata y Carlos Tévez. Después de 6 años de aquella temporada, el entrenador está buscando generar el mismo efecto que consiguió con Tévez, pero con Paulo Dybala.
En las últimas temporadas, el argentino no venía mostrando un buen nivel individual y mucho tenía que ver con la posición en la que era ubicado. Tanto con Sarri como con Pirlo, Dybala jugó mucho recostado por la izquierda debido a que las presencias de Gonzalo Higuaín y de Cristiano Ronaldo, obligaban a los entrenadores a posicionarlo por la banda para aportar defensivamente y porque no había espacio para que, entre los delanteros y los mediocampistas, Dybala funcione como conector.