En el estadio de Tottenham, Fury disputó el título para sumar el triunfo número 33 de su carrera, con el destacado de que 24 de ellas fueron por nocáut.
Por si fuera poco, el pugilista hasta la fecha no conoce la derrota y solo ha tenido un empate en toda su carrera.
Fury tomó ventaja en el primer asalto con buenas combinaciones y su usual velocidad ante un oponente corajudo, pero fue a partir del segundo en el que el monarca comenzó a marcar superioridad.
El campeón mundial estremeció a Chisora con una buena derecha y de nuevo fue mejor en el tercero, con golpes certeros que ampliaron la ventaja del campeón en la tarjeta de los jueces.
Para el séptimo Chisora no encontraba el camino y esto lo aprovechó Fury para hacer daño con el gancho de izquierda y encaminar el KO técnico que a la postre le daría la victoria.
Fury castigó con más combinaciones y dejó en malas condiciones a Chisora, que, cansado, terminó el noveno asalto con el ojo derecho cerrado, como consecuencia del castigo.
A falta de 12 segundos del décimo el juez detuvo el pleito, que significó la derrota 13 de Chisora, con 33 victorias, 23 por la vía rápida.
La parte más emotiva de la noche fue después de los golpes, cuando Fury invitó al ring al ucraniano Oleksandr Usyk, campeón de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y la OMB.
Con el encuentro entre Usyk y Fury los fanáticos mantienen vivas las posibilidades de que en 2023 ambos boxeadores se enfrenten en un título unificado en peso pesado.