Durante las últimas 24 horas, los New York Mets han formado parte de las conversaciones más importantes alrededor de Major League Baseball.
El equipo más caro en la historia del deporte estadounidense (500 millones de dólares con impuestos de lujo), decidió enviar a su as Max Scherzer a los Rangers de Texas a cambio de talento juvenil.
El movimiento, considerado por muchos, como una señal de bandera blanca, nos lleva a cuestionarnos sobre el valor del tiempo en los procesos y cómo abrir la cartera no necesariamente acortará los años para tener un equipo ganador.
En un mundo donde se profesionaliza hasta los más mínimos detalles, tener una organización que aspire a un campeonato todos las temporadas es casi imposible. En la actualidad los gerentes generales trabajan por construir ventanas de cuatro o cinco años donde su franquicia podrá pelear por la victoria más anhelada.
Sin embargo el multimillonario Steve Cohen se arriesgo y realizó contrataciones de ensueño que se volvieron pesadillas.
Además de Scherzer, los Mets en estos momentos están pensando en deshacerse del ganador del Cy Young 2022 Justin Verlander. El sábado también se desprendieron de su cerrador David Robertson, una auténtica venta de garage en Queen, NY.
Verlander, quien cumplirá 41 años un mes antes de que comience la próxima temporada, tiene un año más garantizado en su contrato de 43.3 millones más una opción de 35 millones para 2025 que se activaría si lanza 140 entradas la próxima temporada.
Después de comenzar la temporada y su carrera con los Mets en la lista de lesionados, el derecho se ha convertido en el abridor más confiable de su equipo, con una efectividad de 1.49 en sus últimas siete aperturas.
Si bien Verlander demostró ir mejorando con el correr de sus aperturas, el resto del equipo no lo hizo.
Por semanas, varios de los peloteros de la novena de New York como Francisco Lindor pidieron calma y aseguraron que lo mejor de los Mets estaba por venir.
Con 105 juegos del calendario formando parte de los libros de historia y 18 encuentros de distancia de la cima divisional, ese “buen momento” ya no llegará.
Tendrían que jugar pelota de .650 solo para llegar a 87 victorias, el total más bajo de un equipo de playoffs de la Liga Nacional el año pasado.
Desde una perspectiva a larga distancia, el fracaso de los Mets ha ofrecido un recordatorio de que se necesita más que dinero para construir un equipo ganador.
La temporada pasada, los Phillies, campeones de la Liga Nacional, alguna vez estuvieron ocho juegos por debajo de .500, pero montaron una racha ganadora de nueve juegos a principios de junio, se arrebataron un lugar en los playoffs y ganaron el banderín. En 2021, los Bravos necesitaron hasta agosto para superar los .500, pero construyeron una racha ganadora de nueve juegos ese mes, capturaron la división y ganaron la Serie Mundial. Y en 2019, los Nacionales una vez cayeron una docena de juegos por debajo de .500, esperaron hasta la última semana de junio para mantener un récord ganador y, sin embargo, levantaron el Trofeo del Comisionado.
Pero con los Mets la mejora nunca llegó.
El estilo de juego fresco y embriagador de los Mets 2022, simplemente no ha aparecido este año a pesar de ser dirigidos por el mismo manager del año pasado: Buck Showalter.
Los Mets han recibido 74 carreras en el primer inning por sólo 33 anotadas, un ejemplo de lo cuesta arriba que ha sido el año para el equipo más caro jamás creado en la centenaria historia de Major League Baseball.
En la agencia libre, los Mets agregaron al futuro lanzador del Salón de la Fama Justin Verlander (dos años, 86.7 millones), la estrella de lanzamiento japonesa Kodai Senga (cinco años, 75 millones) y el veterano abridor José Quintana (dos años, 26 millones). Esos ni siquiera fueron los mayores desembolsos del equipo en el invierno: el jardinero central Brandon Nimmo volvió a firmar por 162 millones durante ocho años, y el taponero Edwin Díaz hizo lo mismo por 102 millones durante cinco años.
Verlander como ya dijimos inició la campaña lesionado y Díaz sufrió un desgarro de grosor completo en el tendón rotuliano de la rodilla derecha que le costó la campaña.
Hasta ahora, Cohen ha mostrado moderación al ordenar el cambio. No ha despedido al director general, al manager ni a los entrenadores. Sin embargo, las mismas grandes preguntas se ciernen sobre una organización en camino a un vergonzoso nivel de fracaso.
EL FUTURO DE VERLANDER
Según Andy Martino de SNY, los Mets ha discutido intercambiar al derecho con varios equipos, pero no han progresado “en las conversaciones profundas” porque la opción de adquisición de Verlander para 2025 se considera “uno de los principales obstáculos”.
Verlander ganará 35 millones de dólares.