El peleador inglés Tyson Fury sobrevivió a una caída para derrotar por decisión dividida al camerunés Francis Ngannouen en la contienda que ambos sostuvieron en el Boulevard Hall de Arabia Saudita.
Fury mantuvo su título de campeón mundial de peso pesado del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), después que los jueces Alan Krebs y Juan Carlos Pelayo votaron 95-94 y 96-93, respectivamente, a favor de Fury, mientras que Ed Garner vio ganador a Ngannou 95-94.
El resultado dejó molestos a varios aficionados, pues muchos vieron ganar a Ngannou, quien conectó a Fury en la cabeza durante el tercer asalto y lo derribó. Sin embargo, fiel a sus agallas de campeón, Fury se levantó y retomó su boxeo para ganar la contienda.
El combate, bautizado como “Rumble in Riyadh”, enfrentó a dos de los mejores pesos pesados del momento en sus respectivos deportes aunque no estaba en juego el título de peso pesado del británico. Fury (33-0-1, 24 KOs), de 35 años, de Manchester, Inglaterra, venía de dos victorias por nocaut.
Fury obtuvo una ajustada victoria en una decisión que se redujo a un asalto en las tarjetas de puntuación de los jueces. Ngannou fue capaz de competir con Fury durante toda la pelea, presionándolo y conectando varios golpes, aunque al final pareció cansado.
“Esto no estaba en el guion. Francis es un gran peleador. Es un gran pegador y su estilo raro fue complicado”, dijo Fury al finalizar el combate. “Respeté (a Ngannou) antes y durante la pelea”.
Ngannou remarcó que está muy orgulloso de su desempeño y que ahora está listo para continuar perfeccionando sus habilidades en el boxeo. “Quizás él dio más golpes, pero demostré una vez más que mucha gente está equivocada. Soy un gran peleador.
“Ahora sé que estoy hecho para esta mier… Soy un lobo y estoy listo para morder muchas ovejas”, subrayó el camerunés.