En un juicio sin garantías, el jugador había sido condenado por el supuesto asesinato de tres miembros de las fuerzas de seguridad nacionales y por unirse a las protestas en favor de las mujeres. Sin embargo, la presión internacional a través de diferentes organizaciones de derechos humanos lograron modificar la pena.
El nombre de Amir Nasr Azadani invadió los principales portales de noticias en plena disputa de la Copa del Mundo. El futbolista iraní había sido detenido por el régimen iraní y condenado a la horca por el supuesto asesinato de tres miembros de la policía.
La conmoción por un fallo aberrante dictado sin un juicio previo movilizó a organizaciones de derechos humanos y a varios colegas de Amir Nasr Azadani que pidieron su inmediata liberación y un proceso penal justo con derecho a la defensa. En su momento el sindicato internacional de jugadores, FIFPRO, pidió «la eliminación inmediata de su castigo»
Lo cierto es que en las últimas horas se conoció la sentencia tras la apelación: Azadani se enfrentará finalmente a una condena de 26 años de cárcel, por haber apoyado las reivindicaciones de las mujeres de su país considerado para el régimen como un delito ‘contra Dios’.
El deportista fue imputado por «incurrir en delitos contra el orden público, reunirse y conspirar para vulnerar la seguridad del país», además de cometer ‘moharebeh’, «un delito contra Dios», según informaciones de la cadena ‘Iran International» reproducidas por la agencia de noticias DPA.
En el mismo fallo, la Justicia iraní condenó a muerte a tres personas acusadas de matar a varios agentes de Policía durante las protestas antigubernamentales. Estas condenas, que pueden ser todavía recurridas, sitúan en 17 el número total de personas condenadas a muerte a causa de las manifestaciones, que comenzaron hace ya más de tres meses. Cuatro personas ya han sido ejecutadas.