En junio, cuando se le presentó como entrenador de los Kings de Sacramento, Mike Brown no hizo grandes promesas ni predicciones.
“Una de las principales razones por las que me trajeron acá fue para aportar algo de liderazgo”, dijo Brown ese día.
Resulta que ningún estratega hizo un mejor trabajo de líder esta temporada. El miércoles, Brown ganó por unanimidad el premio al Entrenador del Año en la NBA.
La decisión era esperada, después de que en su primera temporada en Sacramento condujo a los Kings a los playoffs, algo que no conseguían desde 2006. Los 100 votantes de un panel de reporteros y comentaristas colocaron a Brown en lo más alto de la papeleta.
“Estos honores no llegan tan a menudo, así que uno debe apreciarlos”, dijo Brown durante la transmisión de TNT en que se anunció el premio. “Aprecio de verdad estar en Sacramento. Los fanáticos y la ciudad han sido fantásticos”.
Brown obtuvo el galardón por segunda vez. En la campaña 2008-2009 se le entregó luego de guiar a LeBron James y a Cleveland a una foja de 66-16.
Los otros finalistas en la presente campaña fueron Mark Daigneault de Oklahoma City y Joe Mazzulla de Boston.
Daigneault fue segundo, Mazzulla tercero y 14 entrenadores recibieron al menos un voto en las papeletas donde se pidió que el panel seleccionara su primera, segunda y tercera opción.
Los Kings tuvieron una foja de 48-34, la séptima mejor en la liga. La última vez que se habían ubicado entre los siete mejores se remontaba a 2003-2004.
Lideraron la liga en puntos por partido, ostentaron la mejor foja como visitantes en la Conferencia Oeste, cortaron una racha de 16 campañas consecutivas con foja deficitaria y ganaron un título divisional por primera ocasión desde 2003.
“La rendición de cuentas ha sido grande desde el primer día”, consideró el base De’Aaron Fox. “Cuando lo contrataron, le dije que yo sentía que lo más importante es que todos fuéramos responsables… Eso ha sido definitivamente lo mejor».