Rickie Fowler siempre podrá decir que fue el primero en lograr una tarjeta de 62 golpes en el US Open.
Aunque el segundo lo haya conseguido apenas 15 minutos después.
Xander Schauffele lo igualó muy pronto en el campo Norte del Los Angeles Country Club, con su propio marcador de 62 impactos, ocho debajo del par. Así, el jueves resultó un día extraordinario para los participantes en el major conocido como la prueba más complicada del golf.
En esta ocasión, lo difícil fue seguirles el rastro a tantos birdies.
“No es realmente lo que uno espera lograr jugando en el US Open”, reconoció Shcauffele. “Pero uno imita lo que ve. Simplemente estaba persiguiendo a Rickie en la tabla de marcadores. Me alegra que haya jugado justo delante de mí”.
Fowler fue el primero, con una ronda que incluyó dos bogeys, al no atinarle al green en el hoyo 11 de 254 yardas ni al fairway en el 17, a lo largo de su primera mitad. Pero a partir del putt de 15 pies para birdie en el 18, hilvanó cuatro.
La racha terminó en el hoyo cuatro, par 3, cuando se quedó a un par de pulgadas de embocar un largo tiro desde la trampa de arena.
Estableció el récord con un par de putts de poco menos de 60 pies en el hoyo 9, par 5. Fue entonces cuando se percató del marcador.
“Sabía que estaba ahí, yo diría que desde la mitad de la ronda hasta el green del hoyo 9, nuestro último hoyo», dijo Fowler “Realmente no sabía ni veía ningún marcador. Y luego vi que Xander estaba en 7 bajo par en ese momento. No estoy seguro de si él sabía siquiera dónde estaba yo”.
Schaufrele estaba dos grupos detrás y nunca se alejó demasiado. Perdió una oportunidad para birdie en el hoy 6, par 4, cuando trató de hacer su drive al green. Sin embargo, consiguió un birdie inusitado en el 7, de 258 yardas, con un “hierro 4 tomahawk”, a cinco pies
“Es prácticamente todo lo que tengo en mi cuerpo”, comentó.
Hizo que la pelota subiera y bajara desde las inmediaciones del green en el 8, par 5. Tuvo una oportunidad para birdie a menos de 30 pies, con lo que hubiera superado a Fowler y ocupado en solitario el libro de récords. Se quedó corto y se conformó con una tarjeta de 62.
Ahora, ambos comparten el récord de un major con Branden Grace, quien logró un 62 en la tercera ronda del Abierto Británico de 2017, en el campo Royal Birkdale.
Su marca llegó en el 50mo aniversario del día en que Johnny Miller logró la primera ronda de 63 en la historia del US Open. Desde entonces, cinco golfistas habían logrado ese marcador en el torneo.
AP