Con el triunfo sobre Estudiantes, el Millonario se aseguró el título de la Liga Profesional de Fútbol a falta de tres fechas para el final.
“Llegamos al próximo partido dependiendo 100 por ciento de nosotros”, había dicho Martín Demichelis luego del empate conseguido el pasado sábado en el Nuevo Gasómetro, que le aseguró a River la posibilidad de consagrarse en el Campeonato de Primera División si vencía como local a Estudiantes. Gracias a los resultados de Talleres, también había pasado a servirle el empate, aunque no necesitó hacer uso de esa opción.
Con absoluta autoridad, el Millonario se abalanzó desde el comienzo sobre el área del Pincha que, a pesar de haber puesto a la mayoría de los titulares, estuvo muy lejos del nivel de los dueños de casa. A los 2 minutos de juego, un anticipo en campo contrario con posterior asistencia de Leandro González Pírez le permitió a Lucas Beltrán cruzar un disparo y abrir el marcador.
La historia recién arrancaba, pero los platenses ya no pudieron volver a meterse en partido. Pasado el cuarto de hora, Nicolás De La Cruz llegó a la carrera para capturar un despeje corto y metió la pelota contra un palo, lejos del alcance de Daniel Sappa.
El propio arquero del León le cometió penal un rato después a Ignacio Fernández al llegar tarde a un cruce y Esequiel Barco abrió el pie para marcar el tercero y liquidar el pleito antes del descanso.
Las tribunas deliraban y River se floreaba, exponiendo las mejores virtudes que lo llevaron a la consagración. Los de Eduardo Domínguez veían pasar la pelota y apenas trataban de acercarse tímidamente con Benjamín Rollheiser como conductor.
En el complemento, River sacó el pie del acelerador, su entrenador hizo cambios y llegó el descuento de Mauro Méndez que apenas sirvió para decorar el resultado.
De esta manera, los de la Banda Roja alcanzaron el objetivo cuando todavía les quedan dos fechas por jugar, en un certamen que ganaron prácticamente de punta a punta a pesar de algunos traspiés al comienzo de la temporada.
El progreso de River que terminó con el festejo del título de Liga número 37 en su historia se basó en la construcción de una identidad de juego semejante a la que había inculcado Marcelo Gallardo: presión para recuperar, buena circulación de pelota, tenencia en el medio y el uso de todo el ancho del campo para atacar.
Micho no sólo tuvo desde principio de año el desafío de suceder al DT más ganador del club, sino también el de revitalizar a un plantel que venía golpeado desde lo anímico tras un 2022 aciago y con una relación dañada con su propio público.
La llegada del entrenador desde Bayern Munich fue una bocanada de aire fresco que levantó la moral de algunos jugadores que terminaron siendo claves como Rodrigo Aliendro, Esequiel Barco y Lucas Beltrán. Se sumaron los destacados rendimientos de Leandro González Pírez, Nicolás De La Cruz y Pablo Solari, más la experiencia de los referentes del ciclo anterior.
Los de Núñez lograron 18 victorias, empataron tres partidos y perdieron solamente cuatro, además de haberse impuesto sobre la hora en el Superclásico de la fecha 15. En la notable campaña, hubo un aliado indiscutido: el Mâs Monumental. El remodelado estadio, con su terreno rápido y parejo, la flamante capacidad aumentada y la cercanía de las populares con el campo de juego resultó infranqueable para los rivales. En su casa, River sólo cayó 1-2 con Arsenal en la jornada 5 y ganó todos los demás compromisos.
Los números generales dan cuenta de la diferencia que el campeón sacó con respecto a sus competidores: es hasta ahora el más goleador con 45 tantos a favor, el segundo menos goleado (16), el que más partidos ganó y el segundo que menos perdió.
Beltrán es hasta el momento el máximo anotador del equipo con 11 gritos, seguido por Miguel Borja, Barco y Nacho Fernández con cinco. Solari, que marcó tres veces, también fue el principal asistidor, con cinco pases de gol.
Sin lugar para discusiones, River fue un merecido vencedor en la Liga por su constancia y su producción a lo largo de un semestre en el que también consiguió, con algo de esfuerzo, la clasificación a octavos de final de la Copa Libertadores de América. Demichelis, que llegó como una apuesta, ya es visto como una realidad y el futuro es promisorio.
Por lo pronto, antes de empezar a pensar en la serie con Internacional de Brasil, el Millonario celebra un título obtenido con autoridad y un juego fiel a sus principios futbolísticos. La ilusión de cara a lo que viene es consolidar, luego del Muñeco, otro proyecto que siga alimentando la gloria de la institución.