Cuando Victoria Azarenka caminó hacia su primer partido en Wimbledon en dos años, fue recibida con aplausos respetuosos.
Cuando la bielorrusa, dos veces campeona de Grand Slams, selló su victoria en tres sets y más de dos horas y media después, Azarenka sacudió su raqueta con la mano derecha y levantó el puño izquierdo, saludando a los espectadores que aplaudían efusivamente.
Contrario a su oponente, Yuan Yue, cuya nacionalidad se podía ver a un costado de su nombre, Azarenka no tenía ningún país en la lista. Ello se debe a que tanto los tenistas de Rusia y Bielorrusia están de regreso compitiendo en Wimbledon, un año después de que el All England Club le vetara debido a la invasión de Ucrania. En una especie de medida a medias, adoptada por otros deportes, se les considera atletas “neutrales” que oficialmente no representan a ninguna nación.
La guerra que comenzó en febrero de 2022 cuando Rusia invadió Ucrania con la ayuda de Bielorrusia continúa, pero los organizadores de Wimbledon anunciaron en marzo que levantarían la prohibición. En una entrevista, Azarenka señaló que ese veto, en general, “no estoy segura de que hizo alguna diferencia”.
Mientras que otros jugadores tienen banderas a la izquierda de sus nombres en los soportes de gran tamaño operados manualmente en la pared exterior de la Cancha Central, los rusos y los bielorrusos aparecen sin nada. Los países tampoco se mencionan en los calendarios oficiales o los resultados emitidos por el All England Club, ni como parte de los gráficos en las transmisiones de televisión de los partidos.
La organización no permitió que Wimbledon se emitiera por televisión en Rusia o Bielorrusia.
Azarenka y otros jugadores de los dos países necesitaron — y lo hicieron — firmar una declaración apegándose a tres estipulaciones: No podían representar a Rusia o Bielorrusia; no aceptar recibir financiamiento de ellos; y no expresar apoyo a la invasión de Ucrania o los líderes de Rusia o Bielorrusia.
“Fue una decisión difícil, como lo indicamos a inicios del año», señaló Sally Bolton, la directora ejecutiva del All England Club, el lunes sobre el cambio. “Invertimos muchos para meditar cuidadosamente la decisión que tomamos y el impacto que tendría de la misma manera cómo hicimos el año pasado. Creo que es la decisión correcta para el Campeonato este año”.
Liudmila Samsonova, una rusa que es la 15ta cabeza de serie del cuadro femenino, dijo tras perder 7-6 (1), 7-6 (4) ante la rumana Ana Bogdan el lunes: “Lo del año pasado fue duro de aceptar. Pero este años, cuando indicaron que podíamos jugar, eso fue fabuloso»
Existía suspenso sobre cómo los rusos y bielorrusos iban a ser bienvenidos, pero no se palpó nada fuera de los ordinario en el primer día.
Nada de protestas. Nada de abucheos. Nada de gritos a favor de Ucrania o en contra de los jugadores que volvían (No se permitió entrar con banderas de Rusia y Bielorrusia al complejo del torneo).
“Me sentí como si nunca me había ido, honestamente. Es una bonita sensación disputar este torneo, dijo Azarenka tras vencer a Yuan por 6-4, 5-7, 6-4. “Me han tratado muy bien. Hoy escuché a la gente gritar ‘¡Vamos Vika!’, y eso es lo que anima a jugar frente al público y dar un buen espectáculo».
AP