Novak Djokovic volverá a ser el número uno del mundo a partir del lunes 11 de septiembre. Necesitaba una sola victoria en el US Open para quitarle el puesto a Carlos Alcaraz y la consiguió contra Alexandre Muller (6-0, 6-2 y 6-3 en 95 minutos).
El serbio no defendía ningún punto, porque el año pasado no participó en el torneo por el asuntillo de su no vacunación contra la COVID, mientras que al español se le han restado los 2.000 que cosechó como campeón y no puede sumar, aunque oficialmente seguirá en lo más alto de la clasificación hasta el final del torneo.
No obstante, el comeback (regreso) al Grand Slam estadounidense, más allá del triunfo y de la recuperación del trono, no fue nada agradable para Djokovic, que sufrió las consecuencias del ‘american way of life’ (el estilo de vida americano) en la primera jornada nocturna.
El balcánico tenía que jugar en el segundo turno de la sesión golfa, que en teoría iba a empezar a las 19:00 hora local, pero lo hizo más tarde por la ceremonia de apertura y la interpretación del himno estadounidense.
Primero estaba programado el partido que enfrentó a Gauff y a la alemana Siegemund y que se alargó porque la jugadora local tuvo que remontar para ganar en el tercer set.
Después se conmemoró en la pista el 50 aniversario de la igualdad de premios entre hombres y mujeres en el major neoyorquino, con un homenaje a su impulsora, la legendaria Billie Jean King, y la actuación musical de Sara Bareilles.