La leyenda de la gimnasia estadounidense, Simone Biles, hizo crecer su palmarés histórico al sumar su medalla de oro número 23 en Mundiales de gimnasia, logrando la dorada en las finales de la barra de equilibrio y salto en Amberes, Bélgica.
Biles, quien se había conformado con la medalla de plata en la final de suelo, reiteró apenas 24 horas después su posición con la gimnasta más laureada de la historia .
La múltiple ganadora de medallas olímpicas culminó la ronda clasificatoria con la mejor calificación entre todas las participantes, que incluyeron una rutina perfecta y sin errores, que le valió la primera posición con 14,800 puntos.
Posteriormente, en la fase clave, ratificó su liderato una hora después para posarse en lo más alto del podio con una puntuación final de 14,633 puntos, superando a las brasileñas Rebeca Andrade y Flavia Saraiva.
Ni un pequeño fallo en la tercera diagonal, en la que sacó un pie del tapiz, lo que le costó una penalización de 0,100 puntos, impidió la victoria de Biles, que parte con una nota de dificultad inalcanzable para el resto de sus rivales.
De hecho, tanto Rebeca Andrade, plata, como Flavia Saraiva, bronce, lograron en la final una mejor nota de ejecución que la estadounidense, pero la mayor complejidad de los elementos de Biles, que partía con una nota de dificultad de 6,700, relegaron a las sudamericanas a la segunda y tercera plaza, respectivamente.
Aunque el crecimiento y la progresión constante de la gimnasia brasileña ha sido una constante, fue insuficiente para frenar al ciclón Biles, que en su regreso a la gran competición tras renunciar a participar en la final del concurso completo de los pasados Juegos Olímpicos de Tokio para cuidar de su salud mental, refrendó su condición como la reina indiscutible de la gimnasia mundial.