La corona es para Aitana Bonmatí. La futbolista del Barça es la mejor futbolista del mundo. No había duda. Sus actuaciones y su fútbol avalaron a la catalana y la inmensa temporada que firmó el año pasado le valió para llevarse por segundo año consecutivo el Balón de Oro. Pocas cosas han cambiado en la jugadora.
Más títulos en su estantería tras un póquer de trofeos histórico con el Barça y goles preciosos que engrosan su ya brillante hemeroteca. Pero, por lo demás, Aitana Bonmatí es la misma persona que hace un año escuchó nerviosa por los altavoces del Teatro du Chatelet su nombre.
Los nervios no desaparecieron esta segunda ocasión. La experiencia la tranquilizó en los días previos, pero cuando llegó la hora de la gala sentía cierta inquietud. Era favorita, eso es innegable.
La gala se hizo larga, por la cantidad de premios y parlamentos antes de los grandes premios de la noche. A las 22.11 las miradas se dirigieron a la primera final de la platea donde ella estaba sentada entre Caroline Graham Hansen y Alexia Putellas.

Una pequeña pausa contuvo un suspiro. El del mundo del futbol que esperaba la coronación en la capital francesa. Aitana Bonmatí volvía a mirar con cierta calma tensa al escenario. Natalie Portman aguardaba ante el micro mientras abría el sobre. Levantó la cabeza y la giró levente a la derecha, donde coincidió con la mirada de jugadora del Barça. Pronunció su nombre y todos los focos la iluminaron de golpe. Tras una fracción de segundo la platea estalló en aplausos. Se levantó y volvió a subir al escenario que hace un año ya la acogió como la mejor futbolista del mundo.
«Esto no se consigue sola», empezó su discurso. «Soy muy afortunada por estar rodeada de jugadoras que me hacen ser mejor cada día. Gracias al staff, a los trabajadores del club, sin vosotros no conseguiríamos tantos éxitos, gracias a Laporta y a toda la junta directiva por todo lo que hacéis por nosotras.

Gracias a la afición por momentos tan bonitos como la final de San Mamés. Y gracias a Caroline (Graham Hansen) que también podría estar aquí arriba, por hacerme mejor jugadora y esa conexión que tenemos en la banda derecha», comentó en un discurso que pronunció en catalán. La noruega quedó segunda justo por delante de Salma Paralluelo, que completó un podio plenamente azulgrana por primera vez en la historia del galardón femenino.
«Como las primeras veces no hay ninguna, pero estoy muy agradecida de volver a estar aquí. No es fácil lo que hacemos cada año. Al final, yo formo parte de un deporte colectivo donde me encuentro rodeada de fantásticas futbolistas y solo puedo darle las gracias. Soy una una persona de pueblo. Sigo viviendo en el mismo pueblo donde nací. Soy la misma persona que la niña que jugaba en el equipo del pueblo. Es lo que me hace ser feliz», añadió.
«Lo que me lleva a estar aquí, o lo que nos lleva como equipo, es la mentalidad que tenemos. Mientras siga teniendo esta mentalidad ganadora y ambiciosa, voy a estar dando guerra mucho tiempo. La mentalidad es lo que te mueve y es lo que te lleva a estos éxitos. Cuando estás creciendo y acumulas experiencia hace que multipliques tu confianza en ti misma. Se trata de tener unas compañeras de equipo que me han ayudado a crear la confianza que tengo hoy», añadió la futbolista, que reconoció la importancia de la apuesta del Barça tanto en ella como en el equipo. «Es algo excepcional para el club. Para mí es un orgullo formar parte del Barça. Es un club único y que se lleve este reconocimiento es brutal. Yo se lo debo todo al Barça que me lo ha dado todo. Espero seguir cosechando muchos títulos más».

En el último año, Aitana ha afianzado su reinado. La catalana no solo ha mantenido el grandísimo nivel al que nos ha malacostumbrado, sino que ha vuelto a ser protagonista en los partidos decisivos. Siempre ha aparecido, guiando al equipo sobre el verde como el cerebro que marca el tempo y el ritmo de los encuentros.
Con su toque, su determinación y su tenacidad, para Aitana su primer Balón de Oro no fue un punto y final. Era una confirmación y un premio que reconocía todo el trabajo hecho y marcaba el camino por el que seguir. Alentaba a la futbolista a seguir con esa autoexigencia que le ha permitido levantar el trofeo por segundo año consecutivo.